Nirvana

martes, 24 de febrero de 2009

Los sacramentos son...

Los Sacramentos: Celebraciones de la Vida.
En la catequesis, uno de los pasos es la interpretación de los símbolos que el cristiano tiene dentro de la vida de la iglesia. El hombre de hoy conserva el sentido tradicional de lo simbólico y lo sacramental, pero corre el peligro de asumir unas tradiciones sin contenido.

Cuando el hombre quiere expresar las realidades más profundas de su vida, el lenguaje de las palabras resulta insuficiente. Entonces acude al lenguaje de los signos que es más real, más dinámico, más cercano a su vida y más adecuado para expresar el misterio que lo envuelve.

En los momentos centrales de la vida del hombre, Dios está presente para acompañarlo, vivir con él, darle su fuerza salvadora.

El pueblo de Israel encontraba a Dios en signos de su presencia: la zarza ardiendo, la brisa suave, la montaña, el fragor de una batalla, una victoria difícil, el arca, el templo, etc.

Jesús, en su vida terrena, se sirvió de signos para manifestar la acción salvadora: el agua, el pan, el barro, se convierten en medios para significar su gracia.

Los signos utilizados por Jesús, tomados de los usos normales de la gente, junto con su palabra, se convierten en símbolos de una realidad que acontece profundamente: la curación o salvación de la persona. Estas acciones simbólicas reciben el nombre de sacramentos y los definimos como signos visibles o exteriores que, por la palabra y acción de Jesucristo, comunican su gracia salvadora. Así pues, los sacramentos no son signos vacíos, sino eficaces: no sólo significan la salvación, sino que la producen, la dan.

"Jesucristo es el gran sacramento de Dios: el que busca conocer a Dios debe contemplar a Jesús, su forma de ser, sus acciones, motivaviones, pensamientos y sentimientos."

Los sacramentos se clasifican según los momentos en que, siguiendo los usos de la Iglesia, son recibidos y teniendo en cuenta la finalidad de cada uno:

Los sacramentos de iniciación inauguran el caminar del cristiano: Bautismo, Confirmación, Eucaristía.
Los sacramentos de curación recuperan la acción del pecado en la vida del cristiano: Reconciliación y Unción de los enfermos.
Los sacramentos para la comunidad dan al cristiano gracia o misión dentro de la vida eclesial: Orden Sacerdotal y Matrimonio.

Bautismo
Es el sacramento, por medio del cual, el hombre nace a la vida espiritual. En las charlas, se realiza la preparación para recibir el sacramento a padres y padrinos (niños menores a 5 años) niños, adoslescentes, jóvenes y adultos, transmitiendo la importancia de cultivar la fe.

Eucaristía
Bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se halla verdadera, real y substancialmente presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.

Confirmación
En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo con el don del Espíritu Santo. Las charlas son ofrecidas por laicos y religiosas de la Parroquia.

Matrimonio
Desde el principio de la creación, cuando Dios crea a la primera pareja, la unión entre ambos se convierte en una institución natural. Nuestra misión es ofrecer una esmerada preparación a las tantas parejas que diariamente llegan a nuestra Parroquia con el deseo de celebrar sincera y libremente el sacramento del Matrimonio. Es importante transmitir la reponsabilidad en el cultivo permanente de este sacramento y de la fe misma, expresada en una vida coherente, fiel y solidaria.

Unción de los enfermos
Confiere una gracia especial al cristiano que tiene dificultades por enfermedad o vejez. Los párrocos mantienen una disponibilidad para atender prontamente a los fieles que soliciten la Unción de los Enfermos.

Orden
Es el que hace posible que la misión, que Cristo le dio a sus Apóstoles, siga siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Los párrocos y religiosas siempre están disponibles para la dirección espiritual de jóvenes y adultos; especialmente si se ve la posibilidad de que el Señor los llame a una vocación Sacerdotal o Religiosa.

Reconciliación o Penitencia
Esta virtud moral, hace que el pecador se sienta arrepentido de los pecados cometidos, tener el propósito de no volver a caer y hacer algo en satisfacción por haberlos cometidos. También es lograr que las personas tengan un encuentro sincero de reconciliación con el Padre y consigo mismas, estableciendo una relación cercana y familiar con Dios.

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